El arquitecto Jürgen Mayer H. fundó su empresa J.MAYER.H en el año 1996 en Berlín. Estudió tanto en Alemania (Universidad de Stuttgart) como en los Estados Unidos (Cooper Union y Princeton). En 2010 me comentó que, aunque su sólida formación profesional en Alemania le había proporcionado un gran caudal de conocimiento sobre los aspectos técnicos y prácticos de la arquitectura, aún le faltaba una visión clara sobre cómo desarrollar un pensamiento y un lenguaje arquitectónico propio.
Años de cuestionamiento y experimentación finalmente lo llevaron al desarrollo de una voz propia y distintiva. Mayer H. ha proyectado edificios con identidades únicas para diversos lugares del mundo, caracterizados particularmente por el uso de patrones de protección de datos (patrones utilizados en el interior de los sobres para ocultar la información personal), los cuales desencadenaron la creación de una arquitectura nunca antes vista. En mi reciente visita a su estudio en Berlín Occidental, discutimos sobre la importancia de la identidad en los arquitectos. Cuando discutimos sobre lo que piensa acerca de mantener su “estilo” cuando los medios ya no lo celebran, comentó: "Esto comenzó como mi voz pero ahora es la contribución de todo un equipo. No hay ninguna intención ni estrategia aquí, sólo nuestra propia capacidad de trabajar con el medio de la arquitectura".
Vladimir Belogolovsky: Para muchos arquitectos, el primer proyecto construido posee papel crucial, pues suele conducirlos hacia algún descubrimiento particular o encausa una línea de investigación que los caracteriza durante el resto de su carrera. A menudo se trata de la propia casa del arquitecto o de una casa para su madre ¿Existe algún proyecto manifiesto que haya desempeñado tal papel para usted?
Jurgen Mayer H.: Si tuviera que mencionar el primer proyecto clave, sería el Stadthaus Ostfildern, un ayuntamiento en Ostfildern a las afueras de Stuttgart en el sur de Alemania. Este fue nuestro primer proyecto que resultó ganador de un concurso -en el año 1998-. Cuando finalmente se construyó en 2003, nos otorgaron el reconocimiento de "Arquitecto Emergente" del Premio Mies van der Rohe. El mismo contenía muchos de los ingredientes básicos que se han convertido en la base de muchos de nuestros proyectos posteriores, incluyendo los patrones de protección de datos, utilizados en ese caso para colocar los paneles de ventilación de metal en las fachadas del edificio. El segundo proyecto clave fue el "Metropol Parasol" construido en 2011 en Sevilla, España. Allí combinamos en un animado espacio urbano una mezcla de programas para crear un entorno vital con múltiples capas. Estos dos proyectos fueron decisivos pues formaron nuestro catálogo de ideas, las cuales pueden rastrearse en todo nuestro trabajo. Nuestra forma de operar se distingue por la comprensión de la arquitectura como un espacio de comunicación, enmarcado por una fuerte identidad escultórica.
VB: Recuerdo que nosotros conversamos en Nueva York hace aproximadamente ocho años. En ese entonces, usted expresó pensamientos muy interesantes. Me gustaría que ahora repasemos algunos de ellos para escuchar tus comentarios y opiniones actuales:
JMH: Tengo mucha curiosidad. [Risas]
VB: "Quiero que la propia arquitectura nos conduzca hacia potenciales descubrimientos".
JMH: Creo que necesitamos aprovechar este increíble medio que es la arquitectura para explorar lo que viene y descubrir que es lo posible para construir nuestro futuro. Por lo tanto, propongo que dejemos que nuestra curiosidad nos lleve a través de la hermosa aventura de reinventar la arquitectura. La belleza de la disciplina está en su heterogeneidad, en el hecho de que hay muchas -y muy diversas- formas de hacerla.
VB: "Veo mis proyectos como si fueran lentes a través de los cuales uno observa el contexto circundante y logra ver algo nuevo. La arquitectura es un catalizador. No es simplemente el escenario de la vida cotidiana, es algo que te lleva a repensar las condiciones espaciales".
JMH: Sigo estando de acuerdo con esa frase. La arquitectura sucede porque creemos en un futuro mejor. En términos de espacialidad, economía, salubridad, etc. Queremos que la arquitectura genere respuestas. Por ejemplo, ¿cómo puede la arquitectura reducir el nivel de estrés en una ciudad contemporánea? Nosotros tratamos de abordar estos temas y materializar las respuestas a través del campo arquitectónico.
VB: "La arquitectura es tanto crítica como discurso pues nos permite hacer comentarios sobre la vida y la cultura contemporánea"
JMH: Idealmente, la arquitectura debería poder aportar una visión crítica. Deberíamos poder generar proyectos inesperados y repensar todo aquello que se acepta comúnmente, la norma, el statu quo.
VB: Esto es importante porque desde que hablamos en 2010, la arquitectura, como discurso, ha cambiado. La retórica de los arquitectos ha variado de forma bastante significativa. Pasamos de celebrar la arquitectura icónica y de "estilo propio", discutiendo sobre lo artístico, lo metafórico y la inspiración a priorizar el compromiso social, la ecología, la economía de medios, el contexto, la resolución de problemas, el trabajo en equipo, etc. Si usted mantiene que su trabajo es una crítica sobre la vida y la cultura contemporánea, entonces su producción tuvo que haber cambiado significativamente, pues el discurso arquitectónico evolucionó. ¿Ve algún cambio en particular en su trabajo que refleje cómo ha evolucionado el discurso de la arquitectura?
JMH: Creo que actualmente hemos desarrollado una fascinación por las tecnologías digitales y estas han comenzado a establecerse en las universidades, laboratorios y centros de trabajo. Las mismas constituyen la espina dorsal de la economía futura y paralelamente existen investigaciones sobre cómo activar ciertas comunidades o cuáles podrían ser las estrategias adecuadas para cultivar nuestros bienes comunes.
VB: No hablo de una evolución gradual basada en las continuas investigaciones y procesos de diseño. Desde que hablamos hace ocho años, la arquitectura ha sufrido una transformación drástica. Ya no celebramos al individuo. Su trabajo, desde el principio, fue sobre todo una celebración de lo icónico, donde la invención fue el estilo distintivo de la firma. Fue una respuesta directa a los tiempos. ¿Qué opina de esta nueva realidad donde los jóvenes arquitectos suprimen -y cuestionan- abiertamente su individualidad? ¿Existe una presión para hacer concesiones?
JMH: Bueno, sólo podemos escribir con nuestra propia letra. La arquitectura es igual. No hay una intención o estrategia específica en cuanto al lenguaje arquitectónico que utilizamos, sólo nuestra propia capacidad de trabajar con el medio que es la arquitectura. Sin embargo, creo que la práctica arquitectónica se ha desplazado hacia un escenario que prioriza la comunicación y la colaboración y esto enriquece los procesos de diseño, permitiendo una mayor complejidad. Si bien el discurso ha cambiado, no creo que nuestro trabajo haya cambiado tanto. Siempre nos preocupamos por cómo se viven nuestros edificios. Nuestra arquitectura se ancla en diferentes contextos y eso nos obliga a evolucionar. Lo que se está discutiendo actualmente son situaciones urgentes específicas y preferencias particulares; van y vienen. Pero tenemos muchos temas en curso. En este momento, es posible que nos centremos más en ser pragmáticos y amables con el medio ambiente. Eso, por supuesto, influye en nuestro trabajo, pero el lenguaje que utilizamos ya está establecido. Se ha definido por muchas fuerzas que exceden las discusiones actuales.
VB: Cuando te preguntamos qué es la arquitectura, dijiste que es una aventura hacia lo desconocido. Es muy poético. ¿Podrías desarrollar sobre el tema?
JMH: La arquitectura es un proceso, es una aventura, un viaje con muchas incógnitas. Como arquitectos, no intentamos crear un producto sino obtener descubrimientos. Incluso después de muchos años de diseñar edificios queremos sorprendernos y dejar que el proceso nos lleve hacia las propuestas finales. Confiamos pero, sin embargo, cuestionamos constantemente nuestro proceso. Nunca sabemos cuál será el resultado.
VB: ¿Qué es un buen edificio para usted?
JMH: Un buen edificio redefine el concepto del lugar en el que se emplaza. Un buen edificio trae consigo una nueva visión. Ofrece comodidad pero, al mismo tiempo, desafía las expectativas de los usuarios. Es un edificio innovador en términos culturales, sociales y tecnológicos. Es un edificio que, a futuro, puede adaptarse, transformarse o cambiar totalmente, sin perder sus características propias.
VB: ¿Puede nombrar algún edificio de este tipo construido en la última década en cualquier parte del mundo?
JMH: El garaje de 1111 Lincoln Road en Miami de Herzog & de Meuron [2010] entra en esa categoría. Creemos que su condición abierta y su carácter "esquelético" permitirá transformaciones futuras, reales o ficticias. Sigue sin estar definido y, sin embargo, es tan específico que es imposible olvidarlo luego de haberlo visitado. El proyecto activó su contexto urbano. Nuestro diseño para el puesto de control fronterizo de Sarpi [2011] en la frontera entre Georgia y Turquía, a orillas del Mar Negro, tiene un potencial similar. Es una forma muy diferente de concebir una estación fronteriza. La pensamos no como una línea de separación entre dos países, sino más bien como un lugar de encuentro entre dos naciones y dos pueblos, abierto a la evolución y apto para diversos usos incluyendo, por ejemplo, una popular playa de veraneo.
VB: Hablando de su trabajo, a menudo usted utiliza palabras como "potenciales descubrimientos", "cambios sociales", "crítica y discurso", "patrones", "metáforas" y "condiciones espaciales". ¿Qué otras palabras elegiría para describir su arquitectura?
JMH: Identidad, sensibilidad cultural, comunicación y colaboración, transferibilidad y economía.
VLADIMIR BELOGOLOVSKY es el fundador de "Curatorial Proyect", un proyecto sin fines de lucro con sede en Nueva York . Con una formación en arquitectura por la Universidad Cooper Union de Nueva York, ha escrito cinco libros, incluyendo “Conversations with Architects in the Age of Celebrity”(DOM, 2015), “Harry Seidler: LIFEWORK” (Rizzoli, 2014), y “Soviet Modernism: 1955-1985”( TATLIN, 2010). Entre sus numerosas exposiciones: “Anthony Ames: Object-Type Landscapes at Casa Curutchet, La Plata, Argentina” (2015); “Colombia: Transformed” (gira Americana, 2013-15); “Harry Seidler: Painting Toward Architecture” (gira mundial desde 2012);”Chess Game for Russian Pavilion at the 11th Venice Architecture Biennale” (2008). Belogolovsky es corresponsal en Estados Unidos para la revista SPEECH de arquitectura con sede en Berlín y ha dado conferencias en universidades y museos de más de 20 países.
La columna de Belogolovsky, "City of Ideas" (la ciudad de las ideas), busca introducir a los lectores de ArchDaily en sus últimas y continuas conversaciones con los arquitectos más innovadores de todo el mundo. Estas conversaciones íntimas forman parte de la próxima exposición de Belogolovsky, titulada de igual manera, la cual se estrenó de manera anticipada en la Universidad de Sydney en junio de 2016. La exposición "City of Ideas" viajará por todo el mundo explorando el diseño en constante evolución.